Extractado de Wikipedia
MANUEL TAMAYO Y BAUS
Hijo de actores (su madre fue la intérprete Joaquina Baus, primera dama del teatro del Príncipe, y su padre, José Tamayo, fue, además de primer actor, director de escena) y pariente de dramaturgos y políticos influyentes, como Antonio Gil y Zárate, que era tío suyo y le consiguió un puesto de oficial en el Ministerio de Gobernación. Se casó, además, con una sobrina del gran actor Isidoro Máiquez y sus hermanos fueron también hombres de teatro: Andrés Tamayo escribió algunas obras y Victorino Tamayo fue actor y comediógrafo.
Sus primeros años de vida transcurrieron viajando con la compañía de teatro a la que pertenecían sus padres. Sus primeros pasos fueron dados dentro de un Romanticismo que ya empezaba a periclitar, pero poco a poco progresó hacia el Realismo y la alta comedia, enlazando con la comedia neoclásica de Leandro Fernández de Moratín, Manuel Bretón de los Herreros y Ventura de la Vega. Su discurso de ingreso en la Real Academia, La verdad considerada como fuente de belleza en literatura dramática (1859) marca el punto de inflexión entre ambas estéticas. Empieza haciendo adaptaciones, como la que tituló Juana de Arco (1847), sobre La doncella de Orleans de Schiller, uno de sus autores de referencia, o imitaciones más o menos claras, como Una aventura de Richelieu, que se inspira en Alejandro Dumas. Se da a conocer con la tragedia Virginia (estrenada el 8 de diciembre de 1853). Como las obras homónimas de fr Vittorio Alfieri y Agustín Montiano y Luyando, representa el abuso de Claudio sobre Virginia, cuyo padre la sacrifica para alejarla de aquél; se conservan diversas redacciones de esta tragedia. Triunfó con La rica hembra (1854), y con Locura de amor (representada el 12 de enero de 1855), un drama histórico sobre la celosa reina Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso que muestra el influjo del dramaturgo alemán Friedrich Schiller y fue llevada al cine por Juan de Orduña e interpretada por Aurora Bautista. Cuando su amor choca con los intereses del Estado, los nobles le piden que defienda a Castilla frente a su marido. Muerto éste, ella le llora y muestra un amor verdadero, ajeno a la razón de Estado. Obras posteriores, como La bola de nieve (1856) sitúan a Tamayo en la alta comedia del realismo al estilo de Adelardo López de Ayala y Ventura de la Vega. Es nombrado jefe de la biblioteca del Instituto de San Isidro. En 1858, le nombraron miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Su obra más famosa fue Un drama nuevo (representado el 4 de mayo de 1867), inspirado en el teatro de Shakespeare, y donde mezcla con genio el tema del teatro dentro del teatro con el del adulterio. El cómico Yorick representa una tragedia sobre Manfredo y el envidioso Walton le revela que su mujer ama a Edmundo y lo prueba durante la actuación de Yorick. Éste confunde drama y realidad y mata a Manfredo -interpretado por Edmundo- mientras Shakespeare elimina a Walton. En 1870, a raíz del fracaso de su drama Los hombres de bien, decidió renunciar a la escritura y centrar su vida en otras actividades, ya que fue nombrado Secretario perpetuo de la Real Academia Española (1874) y director de la Biblioteca Nacional (1884) y del cuerpo de archiveros. Había compuesto ya más de cincuenta piezas dramáticas.
Sus restos se encuentran en el cementerio de San Justo de Madrid, encontrándose su tumba en el más completo abandono.
En la segunda, inscrita dentro del Realismo moralizador y la alta comedia de tesis, tiene su programa expuesto por el propio autor en el discurso que pronunció al ingresar en la Real Academia Española en 1859: La verdad considerada como fuente de belleza en la literatura dramática. Se trata de obras de intención moralizadora, en que se pretende denunciar la corrupción moral de la sociedad y la pérdida de valores como la familia, la religión, la honestidad etcétera. Así por ejemplo en La bola de nieve (1856), sobre los nefastos efectos sociales de los celos; Lo positivo (1862) ataca la ideología del materialismo y el afán de lucro a través de largos y desafortunados monólogos y sermones; Lances de honor (1863), que no es una comedia sino un drama, critica desde la ética cristiana la costumbre social de los duelos en la persona de un político conservador que rehúa el duelo a pesar de ser afrentado de forma contumaz por un malvado liberal, y Un drama nuevo (1867), su obra más importante, en la que recrea el tema realidad-fantasía. Su fracasada Los hombres de bien (1870)
Aparte pueden considerarse sus numerosas refundiciones y adaptaciones de obras dramáticas extranjeras, o sus obras de mera distracción, como Don Simplicio Bobadilla, escrita con su hermano Victoriano Tamayo y que es una zarzuela de magia de 1853, o sus obras en colaboración, casi siempre con sus amigos, los conservadores Manuel Cañete y Aureliano Fernández Guerra.
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